que provoca sufrimiento en todo el cuerpo? Ni siquiera podría uno determinar su tamaño por ser absolutamente pequeño.”
Que tienen ese poder de alterar la situación corporal, es acuerdo unánime. Esto se comprende con exactitud con la explicación creíble de que ese poder es mortífero, dado que se admite que al mezclarse en los cuerpos llega a ser causa de los males que ocurren. No se podría encontrar a nadie tan amigo del debate que dijera que las molestias acontecen por otra causa y no por la materia mortífera que entra en contacto con los cuerpos, sólo con ellos, en una parte. Eso sería lo útil para la práctica del arte: poder designar eso que provoca ese efecto en cualquiera de sus manifestaciones, una causa común que pudiera revelarse en ese momento y ser comprendida con seguridad, y no vernos perjudicados en todos los casos por la incomprensión del detalle.
Por eso Erasístrato
[7], para reírse de la osadía de los empíricos clasificó la causa entre las difíciles de determinar, sin estar de acuerdo con ellos en que fuera trascendente, inaprensible, en la enfermedad. En su escrito sobre las causas puso en evidencia su existencia, al [no] afirmar:
“para algunas situaciones debemos conformarnos con el tratamiento habitual, como en el caso de los mordidos por alimañas, animales mortíferos y demás, nos conformaremos con su observación, prescindiendo por completo de asumir por añadidura sus causas.”
En primer lugar no son incomprensibles
[8] genéricamente: existe una capacidad mortífera y capaz de alterar los elementos subyacentes [hasta destruirlos] y escribe su tratamiento por géneros y no por especies, tratamiento por el que pierden fuerza y pueden ser contrarrestadas, porque dice:
“Uno acude
[9] como recurso al agua dulce potable, y antes de poner en observación, hace vomitar, estira la zona de la puntura o absorbe chupando en la parte mordida, la protege con
coloquíntida, practica una limpieza quirúrgica por medio de cauterios, aplica medicamentos que pueden hacer el mismo efecto, finalmente separa quirúrgicamente la parte lesionada; usa el razonamiento por analogía para aplicar en la superficie algunas plantas medicinales, y contrarrestar lo destructivo que penetra hacia lo profundo.”
Todo eso ha quedado bien dicho en las propias palabras <de Erasístrato> y de acuerdo con los hechos.
Hay que admirarse de los metódicos
[10] que no están de acuerdo en que sea considerada causa la fuerza ‘provocadora de muerte’ (
phthoropoiós) que ha penetrado, a pesar de que se producen las molestias por ella y afirman que es sólo un uso metafórico del término; así, tan a la ligera, se fijan en ese término. Esa fuerza que penetra la designan, sin rodeos, ‘provocadora de muerte’ (y es que lo que ‘provoca muerte’ es el efecto de una causa y no de otra cosa). Pero dicen que pasa lo mismo, entre otros muchos, con el término ‘bolsa’ (
mársippos) o ‘descubrir’ (
anakalýptein)
[11], en los que