Del fresno se utilizan tradicionalmente las hojas y el jugo obtenido por incisiones de la corteza (maná). Las hojas contienen ácido málico, pigmentos flavónicos y heterósidos cumarínicos. En la corteza, además hay aceite esencial. El maná (jugo obtenido por incisión de la corteza) está formado por manitol (55%), hexosas, manotriosa, exatetrosa (estaquiosa), resina, heterósidos cumarínicos: fraxósido, esculósido. Utilizado antiguamente como cura para las altas fiebres, en general sus hojas ejercen un discreto efecto antiinflamatorio y laxante. Se ha utilizado contra el reuma, la gota y, en general, los procesos inflamatorios y dolorosos de las articulaciones y de las vías urinarias. El maná se comporta como laxante suave, aunque puede ser purgante a dosis elevadas. Además es diurético osmótico, antiinflamatorio y venotónico. Especialmente indicado, por lo suave de su mecanismo de acción, para tratar el estreñimiento de niños y ancianos; en varices, flebitis y hemorroides y en estados en los que se requiera un aumento de la diuresis (cistitis, ureteritis, uretritis, oliguria, urolitiasis, hiperuricemia, gota, hipertensión arterial, edemas, etc.).