Las semillas mondadas, perladas o germinadas son ricas en almidón; enzimas: amilasa; sales minerales: cromo, fósforo, calcio, hierro, magnesio, potasio; ácidos grasos poliinsaturados: oleico, linoleico; trazas de alcaloides: hordenina, gramina. Los enzimas ejercen una función digestiva. La hordenina le confiere propiedades adrenérgicas (simpaticomiméticas) suaves: antidiarreico, por inhibición del hiperperistaltismo intestinal, hipertensivo (al producir vasoconstricción periférica) y cardiotónico. Además es diurético, y demulcente en uso externo. El aceite de germen de cebada es hipolipemiante. Se indica en diarreas, hiperlipemias, arteriosclerosis, hipotensión, cistitis, litiasis renal y diabetes. En uso tópico la harina se aplica en forúnculos, abscesos e inflamaciones osteoarticulares, mialgias y contracturas musculares.