se les extiende y se hace grande, sale de la zona amoratada un líquido negro, abundante y maloliente, como el que segrega una llaga invasiva.
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12. <
De la serpiente con granos como el mijo [30]> (
kénkhros)
Los mordidos por la serpiente con granos como el mijo sufren una mordedura parecida a la de la víbora que les acarrea mortificación; se les desprenden carnes que previamente se han inflamado hasta reventar, como ocurre en la hidropesía. Sufren de letargia y son susceptibles de diarrea. Erasístrato dice que sufren del hígado, de la vejiga y del colon; cuando se les practica la disección se descubre que esas partes están destruidas.
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13. <
De la cerasta> (
kerástēs)
A los mordidos por la cerasta se les inflama el lugar con endurecimiento y ampollas; fluye de la mordedura un líquido, a veces negro, otras algo oscuro; todo el conjunto se torno varicoso; el miembro viril entra en erección; se les va la cabeza; les sobreviene torpeza ocular; finalmente se muere, en un espasmo tetánico.
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14. <
De la cobra> (
áspis)
La mordedura de los mordidos por la cobra se parece a pinchazos de aguja, sin inflamación; sin mucha sangre, gotea una poca negra; pero muy pronto les coge una torpeza ocular, con dolor variado por todo el cuerpo pero en cualquier caso ligero, incluso con algo de placer; por ello Nicandro profirió:
“el hombre muere sin sufrimiento”
[31].
La piel se torna rígida y pálida, con un poco de dolor cordial, la cara se les contrae continuamente, mueven los párpados sin darse cuenta, como en sueños; en esa situación les coge la muerte, sin que pasen más de tres días.
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15. De la serpiente basilisco [32] (
basíliskos)
Erasístrato en su tratado llamado
Sobre cualidades terapéuticas y venenos mortales afirma así literalmente: “Cuando la basilisco muerde el lugar se vuelve dorado”.
Los síntomas que les sobrevienen en la mayoría de los venenos por alimaña son los descritos; pasamos ahora a su tratamiento, en primer lugar, proporcionaremos la forma común a todos ellos, en lo posible.
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Tratamiento común de los venenos de alimaña
Ante todo puntazo de alimaña venenosa conviene chuparlo aspirando con la boca. Conviene que el que chupa no esté en ayunas, que haya tomado alimento y lo haya remojado con vino; luego que mantenga algo de aceite en la boca y así preparado que chupe. Hay que aplicar vapor de agua con una esponja y luego hacer una escarificación y conviene que los cortes sean profundos, para extraer la materia venenosa desde lo profundo. El hecho de arrancar carne en derredor y la extirpación son más eficaces que la incisión, pues con ellas se consiguen los factores que ayudan particularmente: uno, que se quita el veneno del lugar; en segundo lugar, junto con la sangre abundante y en cantidad fluye lo que antes