En resumen, afirman que cuando algo que es causa según su naturaleza no está contenido en una de las causas de su división, es causa defectuosa pero no se anula como causa de naturaleza homogénea. Que ‘provocador de muerte’ es causante se demuestra a partir del propio término, y de forma más contundente por lo que ocurre. ¿Qué supusieron que era causante después del puntazo de un animal de mordedura venenosa si no es la fuerza que se desarrolla provocada por el animal y el veneno introducido en el cuerpo? No pueden considerar como causas el enfriamiento, la quemadura, el lavado quirúrgico, la mala digestión ni ninguna otra cosa por el estilo. Puesto que se complacen en establecer diferencias entre causas y unas las llaman ‘complexivas’ (
synektiká), otras ‘iniciadoras’ (
prokatarktiká), hay que decirles que existe otro tipo de causa que es parcialmente de cada uno de esos tipos. Se llamará ‘iniciadora’ por producirse antes que el resultado y afectar a lo presubyacente del cuerpo; se llamará ‘complexiva’ porque mientras suceda la enfermedad la causa está allí, y porque si desaparece también lo hace lo que ocurre en su derredor.
No hay que hablar más de estos temas. Proponemos que existe una fuerza ‘provocadora de muerte’ interna que es causa muy evidente, que hay que transformarla en objetivo terapéutico prioritario, que hay que luchar en su contra antes de que se establezcan firmemente los males, hasta que esa causa abandone el cuerpo por completo, por un lado extrayéndola por las partes por donde se introduce, por otro lado reduciéndola por la fuerza en un solo lugar, especialmente, si no es uno de los fundamentales, antes de que se vaya a lo profundo y alcance las vísceras; por otro lado, suprimiéndola por lavado, o diluyéndola por mezcla, antes de que empiece a moverse por el cuerpo. Así pues, cuando están en plena fermentación, se consigue justamente en el caso de venenos mortales, por vómitos; en el caso de venenos inoculados por mordedura, mediante incisión, aplicación de
pepinos, chupar extrayendo, incisión en la carne alrededor, a veces, por amputación. Se consigue dominarla y hacerse fuerte frente a ella, por lavados y por aplicar medicamentos astringentes, que pueden al mismo tiempo dominar y suprimir por lavado el veneno inoculado. Se diluye éste y se reduce su fuerza bebiendo vino sin rebajar, vino sin mezcla y dulce, también por ingesta de productos astringentes para contrarrestar. Al final colabora con ellos también purgar el vientre, provocar la sudoración y algunos otros remedios que mostraremos, que son comunes, mientras que otros son específicos.
Hay que atender no sólo a la materia ‘provocadora de muerte’, también a la cantidad de ésta y al tiempo transcurrido. Pues de estos factores depende muchísimo la eficacia de los remedios. En cuanto a la cantidad, dado que existen venenos maléficos y venenos inoculados que estimulan situaciones de peligro, otros infestaciones más o menos profundas o superficiales, otros dolores más o menos agudos o sordos, otros molestias más o menos fuertes. A los que entrañan peligro hay que combatirlos con los remedios más potentes, a los que son menos complicados con remedios más moderados.