o aquello que parezca tener una cualidad apropiada a los venenos maléficos. Así, en relación a los que se toman bebidos, los administran en vinos duros, en zumos, en dulce, en hidromiel, en mosto, en jugos, [o en medicamentos] o mezclándolos con alimentos, <con lentejas, harina de cebada> o con algo de lo que se usa para mezclar con medicamentos. De ahí que el que sospecha deba precaverse de cualquier alimento preparado y cualquier sabor intenso, hay que preservarse de todo lo dulce, salado, ácido; los que tienen sed o hambre deben evitar por vehemencia precipitarse a beber o comer y fijarse en los sabores; sobre todo, que beban antes agua fría para que el apetito se sacie y las cualidades de los sabores sean más fáciles de percibir
[2]. Pedimos a aquellos que estén débiles que vigilen lo que se les administra con el aspecto de ser medicamentos para su beneficio, medicamentos a los que los malvados añaden sus venenos maléficos, que los enfermos sean, así, más inalcanzables; que sigan ese camino para que no los sorprendan fácilmente por estar sin rumbo. Otros procedimientos son más eficaces: que los que sospechan se anticipen y transformen los venenos en inútiles; así que mastiquen higos secos con nueces, las llamadas cedrias, una onza de semilla de
nabo con vino o con la misma cantidad de hojas de
calamento, o el mismo peso de la llamada
rúbrica de Lemnos con vino, hojas de
ruda y el interior de nueces; o que tomen en ayunas un terrón de sal y dos higos secos, así no se verán perjudicados por ningún veneno. Hacen el mismo efecto los antídotos tomados con vino, entre ellos están, el que se hace con
escinco, el que se hace con
sangres y el llamado de Mitrídates
[3].
Actúan en contra de los venenos también la constitución particular de cada uno, la predisposición por las cualidades de determinados alimentos o bebidas, o la cantidad de vino; anulan, en efecto, la eficacia de los venenos ingeridos, evitan su asimilación, al estar rellenos los poros por el alimento ingerido con antelación
[4].
Dado que cuando uno está fuera de casa se añaden circunstancias que suponen peligros semejantes, aunque no haya maquinación en ellos, supongo que es necesario hacer una digresión sobre esto. Será necesario cocinar y preparar la comida y la bebida en lugares al aire libre, en lo posible. En segundo lugar, repasar con cuidado las techumbres en lugares bajo techado porque muchas veces caen desde las cubiertas bichejos maléficos, como tarántulas, otro tipo de reptiles y también el llamado
kalabōtēs [5]. Quienes escancian el vino deben fijarse con atención y dedicación en los recipientes que lo contienen, ya que los reptiles se sienten atraídos por el olor del vino y