es difícil conocer el veneno que se ha tomado. Tener mordicación en la boca y en la lengua, inflamación de estómago, vientre, riñones, vejiga, tener fuertes dificultades para orinar, que algunas veces salga sangre por la orina, estar hecho trizas, tener extenuadas muchas partes del cuerpo son síntomas no sólo <de las cantáridas>, también ocurre por la procesionaria del pino
[10], el escarabajo ‘
hincha vacas’ y la
salamandra. Quedarse dormido o dar cabezadas o roncar, ponerse lívido, tener somnolencia, tener sensación de frío, estar embotado, perder la sensibilidad y sentir comezones por todo el cuerpo, son situaciones que persiguen no sólo a los que han bebido jugo de
adormidera, también acontecen a los que han ingerido
mandrágora o
cicuta. Perder la razón no sólo es consecuencia del
beleño, también lo es de los venenos llamados ‘de flechas’ (toxiká), el
acónito y la
miel que se produce en Heraclea del Ponto. Sufrir ahogos puede verse no sólo por
hongos, también por
sangre de toro, por
leche, acónito,
yeso y
albayalde.
En general es difícil querer encontrar un indicio que pueda revelar alguno de los venenos bebidos o que se han vuelto tales: sobre todo porque son genéricos y acontecen en otras dolencias que sobrevienen. Excepto en el caso de venenos que actúan con rapidez donde es posible rastrear los indicios sobre lo que ha perjudicado, como expondremos. En el caso de los que provocan situaciones patológicas crónicas no hay dificultad para tratar aquello que es perjudicial y muy complicado de rastrear. Al perder los venenos la fuerza aguda de su efecto y transformarse en situaciones crónicas, son susceptibles de ser tratados y remediados como el resto de dolencias porque ya no está en esos venenos bebidos lo que los hacía particulares. Una vez que se establece una situación crónica, esa situación corresponde para todos los venenos en un único género de enfermedades crónicas para las que es fácil adoptar el tratamiento. Esto es lo que ayuda de forma genérica.
Vamos a referirnos a continuación lo que conviene a cada veneno en particular, tratando por adelantado en un único apartado todos los que tienen la capacidad de matar o hacer mal dentro de su categoría para que se sea precavido por si algunos de los medicamentos recomendados para sanar tuviera mezclado alguno de esos venenos que usan los falsos médicos aficionados. La despreocupación acarrea grandes perjuicios y muchas veces su uso continuado resulta ser causa de aniquilamiento.
Estos son los animales mortíferos: la
cantárida, el escarabajo ‘
hicha vacas’, la
salamandra, la procesionaria del pino
[11], la
liebre marina, el
sapo [liso], la
rana [12] de charca que no canta, las
sanguijuelas.
Estas son las semillas: el
beleño [13], el
cilantro, la
cicuta, la
neguilla, la
zaragatona.
Estos son los jugos: el de
adormidera,
vedegambre, jugo de
tapsia [14], zumo purgante de
pepinillo [15] y de
mandrágora.
Estas son las raíces:
ajonjera [16],
acónito, tapsia, vedegambre,
ajonjera negra, agárico negro
[17],
sello de Salomón